Recuerdo perfectamente el día que conocimos a Cris y Edi… hace ya poco más de un año. Quedamos una tarde para tomarnos un café y charlar sobre su boda, y nada más sentarme sabía que aquello era el inicio de una historia con un destino muy pero que muy feliz, su boda!
Nos pasaron las horas volando, en una tarde ya teníamos la boda planeada :) Lo primero que nos dijo la novia fue que no quería saber nada de lavandas, y que no le gustaban los montajes donde todo es igual; seguido a esto una vocecita dentro de mi cabeza dijo: ¡Bien! Esta boda me gustará!
Más tarde supimos que eran una pareja enamorada del verano, de Menorca y de la vida tranquila en la playa. ¡Ya lo teníamos! Íbamos a crear un ambiente veraniego y menorquín en la costa catalana.
Decidimos construir todo en base a una paleta de colores azules, mezclados con tonos melocotón, y amarillo, para aportar contraste y alegría.
Foto vía Pinterest
Así fue como, después de muchas pruebas, dimos con una línea gráfica donde las acuarelas y el color azul nos transportaban al mar y unas graciosas luces de verbena daban el toque divertido y presagiaban una noche cargada de fiesta!
¡Y por fin llegó el día! La ceremonia sería al aire libre, con una carpa para resguardarnos del sol, y un montaje con sillas diferentes (los deseos de nuestras novias son órdenes para nosotras!).
Cada uno de ellos entró del brazo de su padre y madre respectivamente… caras de emoción, nervios, alegría se vislumbraban entre todos los invitados!
Fue un acto muy íntimo, donde las palabras del padre del novio y sus mejores amigos nos emocionaron a todos… sí, sí, nos incluimos!
Y después de derramar alguna lagrimita, mientras los novios se fueron de paseo a los campos de al lado a hacerse algunas fotos, los invitados empezaron a disfrutar de un aperitivo inspirado en Menorca… Pomada, sobrasada, latas de marisco y patatitas entre otras miles delicias dejaron encantados a todos!!
Más tarde, la cena en un establo precioso, con un montaje donde obviamente las mesas no iban a ser ni todas rectangulares ni todas redondas, con centros de mesa llenos de botellitas pintadas de azules (sí, sí, pintamos unas 500 botellas a mano!!!) con diferentes tipos de flores en cada una. Un montaje alegre y colorido!!
¡Y después quedaba el baile! Un photocall lleno de disfraces marineros y mucha pero mucha fiesta con accesorios playeros para todos!!
Disfrutamos como locas viendo cómo una idea, un sueño se hacía realidad al cabo de unos meses, pero sobre todo, disfrutamos de la compañía y felicidad de una pareja genial!
Gracias chicos por dejarnos formar parte de un día tan importante para vosotros!!
Por si os habéis quedado con ganas de más, podéis pasar por detallerie.com para ver la galería de fotos de esta boda tan especial.
Fotos: Díez & Bordons
Vïdeoclip: Padilla & Rigau
Localización: Can Mora de Dalt
Catering: Le Chef Catering
Organización y decoración: Detallerie
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