No nos cansamos de decir que nos encanta nuestro trabajo, nos encanta organizar fiestas y bodas bonitas, diferentes, clásicas, de todo tipo… pero lo que más nos gusta es ayudaros, hacer que parejas, anfitriones, amigos, hijos e invitados hagan de la preparación de su evento una aventura; convertiros el trabajo duro, agobiante y complicado en un camino fácil, ilusionante y lleno de alegría.
De todo eso pudimos disfrutar mientras organizamos la boda que hoy os enseñamos. Montse y Sergi iniciaron ellos mismos la preparación de su boda, pero justo antes de tomar grandes decisiones pensaron que un poco de ayuda no les vendría mal y así fue como llegaron a Detallerie.
Durante todo un verano preparamos con ellos la que sería la boda de invierno de Detallerie. Nos contaron que les encantaba esquiar, la nieve, la montaña, el frío… y decidimos sacar a relucir todo eso en su gran día. Por eso dos esquiadorcitos muy simpáticos protagonizaron su invitación y todas las piezas gráficas de la boda.
Puesto que la boda sería bien entrado el otoño, decidimos usar tonos muy cálidos como los marrones, beige, cremas y materiales como la madera para crear un ambiente rústico y muy acogedor.
El gran día llegó. Montse eligió a la firma Otaduy para su vestido… un diseño de lo más romántico, que combinó con una corona blanca y un ramo muy silvestre que preparamos para ella junto a Moshi.
La celebración fue en La Centenaria… ya sabéis cuánto nos gusta ese trocito de paraíso. Sí, los novios también quedaron boquiabiertos en cuanto lo descubrieron (y sus invitados aún más). Escogimos como catering a Le Chef, también sabéis que nos encantan sus puestas en escena, su servicio y cómo no, su comida.
Todo estaba preparado para que Montse y Sergi pasaran un día inolvidable. Y para que familia y amigos también recordaran este día para siempre, ambientamos el lugar con un seating plan muy personalizado y original y unos centros de mesa en el aperitivo que recordaban a la nieve ¿a qué no adivináis qué flor usamos?
Ya en la pérgola, las mesas imperiales se adornaron con centros hechos con ramas de abeto y flores pequeñas que ideamos junto a Moshi. El sitio de cada invitado estaba lleno de detalles que conjuntaban a la perfección con el resto del montaje… una minuta con tela de saco, un regalo para cada uno y hasta el nombre de cada comensal escrito a mano sobre una hoja de magnolio. ¿Quién no se siente a gusto en una boda tan cuidada?
Y mientras los mayores se divertían en la pérgola, los más pequeños disfrutaban del jardín y de una preciosa tienda de campaña que montamos exclusivamente para ellos. ¡Se lo pasaron pipa!
¿Pensábais que nos iríamos de boda sin Söt Cakes? ¡Claro que no! Para picar entre baile y baile, un buffet de dulces sorprendió a los invitados en medio de la fiesta. Y no era un buffet cualquiera… sino uno pensado especialmente para ellos, con los colores de su boda, sus sabores favoritos y hasta con look invernal. ¿No os lo comeríais con los ojos?
Y sí, lo repetimos una vez más… nos encanta nuestro trabajo, nos encanta conoceros, compartir una etapa tan importante con vosotros y ayudaros a que tengáis la boda que siempre soñasteis.
¡Gracias Montse y Sergi por confiar en Detallerie y por dejarnos ser parte de un momento tan y tan importante!
* Todas las fotografías son de Blanca Gaig
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