Harriet y Dominique vinieron desde Londres, con todos sus invitados, a darse el sí quiero en Barcelona. Confiaron en nosotras para preparar su gran día…¡a distancia! Nos encanta cuando tenemos novios extranjeros que, sin conocernos personalmente, saben percibir nuestro trabajo y se abandonan en nosotras.
Aniway, entre llamadas, skypes y alguna visita por su parte, encontramos rápidamente la masia que se habían imaginado siempre. Y el resto de preparativos se nos pasaron volando hasta que por fin llegó el gran día.
Se casaban por la tarde, en Gavá, y ambos pasaron la mañana en el hotel, arreglándose con sus mejores amigos. El día amaneció lluvioso, y estaba previsto que todo fuera en el exterior. Por eso estuvimos hasta el último momento pendientes del tiempo, y por suerte pudimos rescatar la ceremonia y el aperitivo.
Y es que eso es lo que nos pasa muchas veces, el clima traiciona, pero siempre tenemos un plan B en mente para que salga perfecto. Y en este caso, por suerte, pudimos hacer la mitad de la boda como nuestros novio querían :)
Mientras llegaban los invitados, Dom se paseaba nervioso saludando y ensayando su discurso. Hattie llegó antes con sus damas de honor para ponerse el vestido en la casa. ¡Estaba guapísima, como una actriz de cine!
Por fin tomaron asiento los invitados para que empezase la ceremonia. La preparamos en la era, aprovechando la tregua que nos había dado la lluvia, y quedó precioso.
Primero de todo entró Dom junto a su madre, con una sonrisa enorme en la cara. Acto seguido, los “bestman”, ¡que fueron nada más y nada menos que 12! También estaban felices e impacientes, como si se casaran todos :)
Y por fin, salieron las damas de honor de Hattie, vestidas de rosa, formando el cortejo de la novia. Y cuando apareció ella, todas las miradas se posaron en el novio, que estaba sonrojado de emoción e impresión. ¡Qué momentazo! La ceremonia estuvo llena de discursos que arrancaban las carcajadas de todos y alguna que otra lagrimilla. Y nosotras alucinando del día que estaba quedando, sin una gota de lluvia!
Después de los vítores y la lluvia de pétalos, empezó el aperitivo, también al aire libre! Tanto mayores como pequeños disfrutaron de una gastronomía que combinaba lo mediterráneo con lo internacional. ¡Todo exquisito!
Para la cena, quisimos hacer un montaje y una decoración totalmente acorde al entorno. Por eso, pusimos dos grandes mesas imperiales en madera, cuyo único mantel era un camino de mesa de lino, cubierto con flores y velas en tonos verdes, blancos y un rosa muy fino. Además, quisimos enmarcar el sitio de los novios con una guirnalda de hojas y flores. Sencillo y elegante, como nuestra pareja.
Cuando salían los últimos rayos de sol, novios e invitados pasaron al salón. Antes siquiera de sentarse, Hattie y Dom dieron una sorpresa a todos: cada uno tenía debajo de su plato una instantánea con los novios, un recuerdo de algún momento compartido a lo largo del camino. ¡Qué emoción! Y es que no quedó nadie sin foto, cada uno tuvo la suya.
La emoción y el cariño continuaron con el discurso del novio, el del padre de la novia y los testigos. La cena fue completa y breve, pues los novios sobre todo daban prioridad a lo que venía a continuación: ¡la fiesta!
Y se notaban ya las ganas, pero antes los novios abrieron el baile iluminados por un foco y rodeados de árboles con guirnaldas. ¡Que escena tan bonita!
Y por fin llegó el momento de pasar a la disco, y así estuvieron, dándolo todo hasta que casi los tuvimos que echar. Nos dio pena despedirnos de esta pareja, ¡pero esperamos que pronto vuelvan a Barcelona y nos hagan una visita!
Por si no habéis tenido suficiente, aquí os dejamos el vídeo de esta boda para que podáis disfrutarlo!
Fotografía: Díez & Bordons
Vídeo: A25FPS
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